1. Cambios psicológicos
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Falta de motivación inicial: Después del descanso, puede aparecer cierta resistencia o desánimo frente a la rutina.
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Dificultad para concentrarse: El ritmo pausado de las vacaciones contrasta con la exigencia de foco mental que requiere la enseñanza.
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Estrés anticipado: La planificación, las evaluaciones y las responsabilidades administrativas pueden generar ansiedad antes incluso de comenzar.
2. Cambios emocionales
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Sentimientos encontrados: Alegría por volver a ver a los alumnos, pero también tristeza por dejar el descanso.
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Sensación de presión: Muchos docentes sienten que deben “arrancar con todo” desde el primer día, lo cual genera frustración si no logran cumplir con sus expectativas.
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Agotamiento emocional anticipado: A veces, solo pensar en la rutina diaria puede causar cansancio emocional.
3. Cambios físicos
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Alteración del sueño: Cambiar horarios abruptamente afecta la calidad del descanso.
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Fatiga corporal: Estar de pie por horas o retomar una agenda intensa sin transición puede producir cansancio físico.
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Malestar general: Dolores de cabeza, tensión muscular o malestares estomacales pueden aparecer por el cambio de ritmo.
